Introducción
En el presente trabajo,
realizaremos un ensayo sobre la Enseñanza
y Aprendizaje con Internet. Cabe destacar la importancia de trabajos de
esta magnitud en la presente área del conocimiento debido a su gran importancia
para la educación de nuestros jóvenes en los centros de aprendizaje. Es
importante decir también, que este trabajo va dirigido a aportar su grano de
arena, a todos aquellos interesados en las nuevas tecnologías, las cuales han
estado cambiando la forma de vivir en todos los órdenes en nuestras
sociedades a nivel mundial.
Aprendizaje
digital
En su libro "¿Qué
será?", Michael Dertouzos –ex Director del Laboratory for Computer Science
del MIT- remarca las diferencias que las distintas grandes revoluciones
socioeconómicas provocaron en la educación.
Dertouzos señala que, así
como la primera revolución industrial afectó indirectamente a la educación de
un modo favorable, pues al estar mejor alimentados los estudiantes aprendieron
más, y la segunda revolución industrial continuó con esa tendencia gracias a
las mejoras en los medios de transporte de los estudiantes, la calefacción y la
iluminación en las escuelas; en esta nueva revolución –la de la información- la
ayuda está directamente ligada con el corazón mismo de la educación a través de
la adquisición, organización y transmisión de la información, así como a través
del uso de recursos como el email que sirve de intermediario en los
intercambios entre maestros y alumnos.
O sea: es la primera
revolución socio económica que ofrece tecnologías directamente implicadas en el
proceso de aprendizaje, y por lo tanto las posibilidades a largo plazo son muy
prometedoras. Cuando uno repasa la historia de la tecnología y sus aplicaciones
en los diversos ámbitos de la sociedad, no puede dejar de asombrarse por lo
bien que ha sido recibida (y aprovechada) en algunos campos tales como la
medicina, las comunicaciones, la investigación, el comercio y el cine, por
citar sólo algunos, y los rechazos y frustraciones que ha tenido su incursión
en el ámbito educativo.
Es cierto que en los colegios, hoy en día, hay
una gran variedad de aparatos como proyectores de vídeo y computadoras, entre
otros. Sin embargo, hagamos el siguiente ejercicio mental: pensemos que todas
esas máquinas desaparecieran por una semana de nuestros respectivos colegios:
¿cuántos serían los docentes que se darían cuenta de esa falta? ¿Cuántos
seguirían dando sus clases, tiza en mano, como si nada hubiera pasado? ¿Hay,
entonces, una real integración y necesidad de estas herramientas tecnológicas,
o son simples adornos que van imponiendo las modas y que hay que usar de vez en
cuando "para quedar bien"? En el sentido opuesto imaginemos un
laboratorio de análisis clínicos, o un estudio de diseño gráfico sin la
tecnología que hoy todos conocemos. Incorporar tecnología es mucho más que
introducir aparatos de diversa índole.
Es cambiar actitudes y
metodologías para darles un sentido superador. Y fundamentalmente, es
comprender que ese cambio, como todos, provoca un reacomodamiento en nuestras
estructuras que cuesta asumir, pero que a la postre será beneficioso.
Hoy en día nadie dice
“enseñanza asistida por tiza y pizarrón" porque dichas
"tecnologías" se han hecho carne en nosotros y las tenemos totalmente
incorporadas en nuestro quehacer. Por lo tanto la "enseñanza asistida por
computador" o la “enseñanza asistida por Internet” dejará de llamarse así
en el momento en que los docentes se apropien del uso de estas nuevas
herramientas (lo que se denomina "tecnología transparente").
Lamentablemente, a pesar de que ya han pasado dos décadas desde la introducción
de las computadoras en las aulas, los docentes (y no los alumnos) siguen
haciendo esta distinción, lo cual indica a las claras que todavía no han
asimilado su empleo en su tarea cotidiana.
En cada uno de nuestros países,
los gobiernos, las autoridades escolares, las cooperadoras, y otros organismos
que soportan la educación tanto de gestión pública como privada, han hecho 226
inmensos esfuerzos por colocar computadoras en las aulas y –en estos últimos
años– en conectarlas a Internet.
Sin embargo, más allá del
esfuerzo loable que significa preocuparse por la educación de nuestros hijos,
la realidad nos indica que ese gasto no ha reportado significativos avances en
las destrezas que los niños y adolescentes deberían incorporar para su
desempeño futuro en la sociedad. Ahora bien, ese "click" que debe
producirse en las mentes y actitudes de quienes enseñan, debe ser la
consecuencia de un proceso previo –que comienza en los tempranos años de la
escolaridad– donde primero como alumnos y luego como docentes, cultiven las
siguientes destrezas que –según los estándares de las International Society for
Technology in Education– son necesarios para desenvolverse en el siglo XXI.
Estas son:
Manejarse con soltura en el
empleo de la tecnología.
• Comunicar información e
ideas usando una gran variedad de medios y formatos.
• Acceder, intercambiar,
compilar, organizar, analizar y sintetizar información.
• Bosquejar conclusiones y realizar
generalizaciones basadas en información obtenida.
• Saber encontrar información adicional. •
Saber evaluar la información y sus fuentes.
• Construir, producir y publicar modelos,
contenidos y otros trabajos creativos.
• Tener la habilidad para transformarse
en autodidactas.
• Colaborar y cooperar en grupos de trabajo.
• Tener la disposición para la resolución de
problemas.
• Interactuar con otros en forma apropiada y ética. El éxito de la
escuela depende en cierta forma de nuestra habilidad para hacer que esa mera
presencia de artefactos tecnológicos, se transforme en una integración a través
del currículo, de:
• Tecnología,
• Conectividad,
• Contenido, y
• Recursos humanos.
Estos cuatro factores son
los que conforman el "aprendizaje digital", el cual, cuando es
implementado correctamente conforma un entorno de aprendizaje de
características altamente dinámicas y participativas. Este entorno debería ser:
centrado en proyectos y problemas; centrado en el estudiante antes que en el
docente; colaborativo; comunicativo; personalizado; y productivo.
Esto no es por cierto la
panacea y no altera los propósitos iniciales de la Educación, pero en una
sociedad tan rápidamente cambiante el no responder con estrategias adecuadas a
dichos cambios, es inducir a nuestros alumnos a un mundo en el cual sus posibilidades
laborales estén seriamente acotadas.
Con esta introducción nos
damos cuenta de la gran importancia que reviste el manejo y uso de las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación, no solamente en las áreas de
las ciencias sino también en la educación.
Como docentes debemos seguir
avanzando, capacitándonos para seguir dando lo mejor en pos de las nuevas
generaciones.
Edward Céspedes





